domingo, abril 02, 2006

Sin nombre

Por Marcel Pommiez Aqueveque

Erase una vez (así empiezan todos cierto...), una niña que se convertía en mujer, esta ya hace casi 15 años o algo así. En esa época, estaba en plena búsqueda de identidad y metas. Cuando, en algún alocado veraneo en el sur del mundo, conoció a un grupo de amigos, de los cuales uno llamó su atención, e iniciaron una extraña relación. Extraña, por que nunca se pusieron de acuerdo para quererse mutuamente, primero uno y después el otro, luego el otro y no el uno, en fin... Cuando lograron encontrar sus sentimientos, la distancia (525 Km en la época, ahora 505 Km con By Pass), inmadurez, falta de recursos para esa edad y permisos paternales, anularon dicho encuentro.

Luego de un tiempo al teléfono y otros veraneos sureños, se reanudó una y otra vez la extraña relación entre ella y él.

Lo más curioso es que al paso del tiempo, ambos hacían, deshacían y rehacían sus vidas, pero ésta, los volvía a juntar.

Ya corrían los años, ambos crecían y tomaban los caminos que siempre habían querido tomar, obviamente, como toda historia entretenida y casi novelesca, por separado. Insisto, entre amistad, amor, pololeo, noviazgo o lo que fue, seguían haciendo cada uno sus vidas.

Avancemos...

Ya grandes, o sea 15 o 18 años después, ambos estaban formados: física, intelectual, afectivamente, etcétera. No abrevié el etcétera porque éste incluye la parte más importante del cuento: luego de años sin hablar ni verse y cada uno con proyectos de vida casi completados, nuevamente el destino, azar o ellos mismos (quien sabe) los reúne, pero en condiciones distintas, otras metas, otras experiencias, con aciertos y fracasos; con expectativas distintas a las que tenían antes, ya maduros, uno más que el otro y en distintas etapas de la vida que, a mi entender, es lo que te une a las personas (junto a afinidades diversas).
Lo curioso asoma: hace años que distan sus realidades, pero pareciera ayer que se hubiesen visto por última vez. Salvo algunos acontecimientos de cada uno que, pueden o no ser importantes (pero para este caso da lo mismo), fue como si nunca se hubiesen separado.

Un día... (sigo el estilo novelesco) ya sin nociones de direcciones, teléfonos o algo, volvieron a conectarse el uno al otro, y reanudaron la comunicación que, dicho sea de paso, fue siempre buena y expedita (en términos de amplitud, no de tiempo)...

Ya sé, ya sé !!! está medio largo y desordenado, pero recuerden que dura más de una década y aún no tiene final (que yo sepa)

Conversaciones raras surgen de este nuevo encuentro, en el sentido de que nunca se profundizan en el pasado, mucho menos en el futuro, sino en el presente de cada uno. Ya, desde el último encuentro físico (no hablo de sexo ni nada por el estilo), ah pasado más de un año, quizás dos y, ya no por azar o destino, sino que voluntariamente ella lo llama y lo invita nada más y nada menos que al matrimonio de su hermana, la segunda de las tres menores, la invitación evidentemente era como pareja (sólo de matrimonio, nada más), él sin pensarlo acepta y va... ya la distancia había aumentado, no por que sacaran el by pass antes mencionado, ni mucho menos porque junto con el crecimiento de los protagonistas hayan crecido las carreteras, noooooo, tampoco por el desarrollo del país, si no por que él se fue más al norte.

Al llegar a nunca jamás, lugar del desarrollo de esta historia, ansiosos por verse vestidos de la bella y la bestia (obvio, ella es la bella) le dice que vaya a su casa una hora antes de la ceremonia. Cuando él llegó, cuenta la leyenda (para no perder el estilo literario) ella lo recibió con un gran abrazo - envidia que me da, hace tiempo que no me dan uno así- lo hace pasar y la novia salta de su silla y exclama (con otro abrazo, no tan grande para no despeinarse) ¡...Que bueno que viniste, tú debes ser la pareja de mi hermana! ¡nadie mejor que tú!

Perplejo se quedó, por tal recibimiento después de tanto tiempo. Todos saludaron a la bestia (porque está bastante alejado de la mano de Dios) unos con mayor afecto que otros y le encargaron una de las misiones más difíciles de su vida: trasportar a la nerviosa hermana mayor y a la no menos nerviosa madre, en el auto de ésta última a la iglesia, agregando al padre desde la Iglesia al banquete ofrecido -misión que por lo demás, logró sortear-

Después de una hermosa ceremonia y, en pleno banquete todo fue perfecto, los comensales (salvo 2 ó 3), la comida, la compañía, la música, etc. (aquí si abrevio porque no es importante). Pasaban las horas y cada vez más, la bestia se convertía en príncipe, no por mérito propio si no más bien por que la princesa contagiaba su luz. Cuando bailaban -incluso el vals- parecía que no hubiese nadie más.

Al pasar las horas, él, convertido en cuasi príncipe por los encantos de ella, disfrutaba cada vez más y, evidentemente se sentía más acogido aún por la concurrencia. Ella brillaba con colores propios, ¡era la reina después de la novia claro...!

Bueno para resumir (lo que a estas alturas es bueno), fue nuevamente, una noche mágica, como tantas otras, sin mediar nada más y sin pretender ser más que eso.

Claro está para mí, como espectador, que algo raro hay, algo que, cuando escucho una y otra vez esta historia, no la logro entender y me pregunto: ¿cuál será el desenlace de esta historia? ¿qué hay detrás? ¿linda amistad, recuerdos de antaño o qué? La verdad, sigo sin entender, por más que trato no sé como ayudarte a desenredar esta historia, que para no tiene un desarrollo lógico, que es lo que me motivó a transcribirla desde el fondo de tu corazón, quiero hacer algo por ti y por él, pero no se que ni como. Espero que cuando lean, mis dos buenos amigos este escrito, no se separen ya que es sólo la visión y plagio de éste aspirante a escritor

con cariño...

¿Qué piensan ustedes?
Ps: Gracias Pauli por prestarme tu historia...

2 comentarios:

DonSaulo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
DonSaulo dijo...

Espero que sus amigos la hayan leído, ya que se ha tomado la molestia de escribirla para que sus ojos la recorran.

Por mi parte, tiendo a escribir historias menos exigentes, aptas para casi todos los ojos, salvo por la torpeza reiterada de su creador.

Las podrás encontrar en prosa
http://cronicasfuturo.blogspot.com/
o en ese otro estilo incierto que tanto me divierte a veces
http://cronicasfuturo.blogspot.com/

en cualquier caso, si tienes un rato para pasarte por allí, quizás encuentres algún cuento, alguna historia, algún refugio donde apoyar la cabeza y soñar.